Menos multas y más educación parece ser la próxima estrategia que va a seguir la Dirección General de Tráfico (DGT) en los próximos tiempos para mejorar los índices de siniestralidad que en este último año esta sufriendo un repunte después de un largo período en que habían descendido los accidentes de tráfico.
Aunque las multas son necesarias para mantener una disciplina vial, la experiencia ha demostrado que un incremento indiscriminado de multas o el aumento de las cuantías de las mismas no han contribuido a mejorar los índices de seguridad vial de ningún país. Información, formación, educación e inversión en la seguridad en las carreteras son los pilares sobre los que se tiene que sustentar una buena política de seguridad vial.
La multa de tráfico no tiene nunca una buena acogida entre la ciudadanía y es objeto de sospecha en cuanto a su imposición, por eso son necesarias otros tipos de actuaciones en el ámbito de la seguridad vial.
Estas nuevas medidas significan un gasto de 11,7 millones de euros superior al de 2016, si bien plantea menos controles con mero afán recaudatorio y más educación vial. También está previsto un mayor apoyo al desarrollo de las infraestructuras y un mayor control de la inversión.
Según algunos expertos la cifra de 11,7 millones es lo que la DGT puede llegar a recaudar cada semana en calidad de multas y trámites administrativos, cantidad muy inferior a lo que suponen los accidentes de tráfico en nuestro país.
Las nuevas medidas de la Campaña de Tráfico
Mejorar la seguridad de 45 cruces señalados como puntos negros mediante la instalación de paneles luminosos e inteligentes que indican si se está aproximando otro vehículo de manera perpendicular a nuestra posición.
Extremar la vigilancia y los controles de toda índole en los puntos negros con la instalación de radares.
Elevar el número de cámaras de control sobre el uso del cinturón de seguridad a un total de 200. Las ubicaciones de estos dispositivos serán de dominio público y estarán visibles en el sitio web de la DGT.
Corregir la señalización en zonas de adelantamiento peligrosas con ayuda de nuevas líneas y balizas, especialmente en tramos con cambios de rasante. Más de 1.000 kilómetros de vías serán objeto de nueva señalización.
Incorporar más paneles de aviso velocidad real con radar pero sin penalización –sin cámara de identificación– en tramos de especial peligrosidad, especialmente si están sitos próximos a poblados o a curvas cerradas. Se prevén un total de 250.
Mejorar la protección a los ciclistas. Se endurecerán las multas por no mantener la distancia mínima de 1,5 metros entre ambos circulantes y se crearán 49 nuevas rutas ciclistas.
Desarrollar una guía de buenas prácticas sobre circulación en tramos urbanos y travesías de forma que se instruya correctamente a conductores, ciclistas y peatones sobre protocolos y preferencias en la vía. Se hará hincapié en las distracciones.
Instalar guías sonoras longitudinales con el propósito de reducir las salidas de vía en un 67% y las colisiones frontales en un 29% a lo largo de más de 3.000 kilómetros de tramo donde se ha detectado un mayor riesgo de accidente por estas causas.
Todas estas medidas sin duda contribuirán a mejorar la seguridad de los usuarios de la vía, y sin duda tendrá una repercusión a la baja en los accidentes de tráfico.
Pero tenemos que recordar que la seguridad vial es un problema de todos nosotros y no sólo de los poderes públicos, por lo que tenemos que procurar ser respetuosos con las normas de circulación y así evitaremos accidentes y posibles multas.
Eugenio de Dobrynine – Abogado de CEA
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